martes

Buenas lunas...

-Buen día-.

-¿Qué tienen de buenos?-.


Tienes razón, no llamé…
Perdí el hilo del tiempo
Me confundí.

Buenas tardes o buenas noches
todo es idéntico
al día anterior y al que le sucede
tampoco es distinto el amor
en mi corazón.

Buenas lunas, siempre
antes de las tres de la madrugada
escribes y te escribo
te beso en la frente
te miro callada

tengo frío

el frío duele.


domingo

¡Shhhhhh...!

Reconozco que el "silencio" es muy cercano para mí. Paso la mayor parte del tiempo evadiéndolo, burlándolo, esquivándolo. Pero la realidad es que me apetece sentirle cerca. Hay veces que lo necesito y lo pido a "gritos". Veces, en las que no soporto el estrés sonoro y quiero relajarme en tranquilidad absoluta.

La mayoría de las veces disfruto jugar con él y en él. Otras, lo esquivo por aburrido, o porque me juega malas pasadas. Hay momentos en los que me ayuda demasiado a concentrarme y a escuchar mi propia voz. Y hay otros en los que me marea y me confunde de tal manera que ni yo misma puedo discernir un pensamiento de otro. En cambio, hay momentos en los que lo único que quiero es escuchar risas, charlas, bullicio, oír lo que sea para no quedarme a solas con mis emociones.

Hay veces que se hace silencio, otras que se provocan silencios, y otras más en las que rompemos silencios. Yo a veces callo porque no tengo nada qué decir; otras, me muerdo las ganas de escupir lo primero que llega a mi mente (casi siempre en intento fallido), por ese temor visceral a equivocarme sin remedio. O no hablo porque transmito lo que no quiero decir, o porque realmente carece de importancia. Otras veces, de plano hablo demasiado por nervios o porque no soporto esos atronadores silencios incómodos.

Siempre, desde muy niña, he sido muy conversadora; pero igualmente celosa de mis silencios. Es por ello que disfruto tanto mis fases lunares. Mis silencios son míos, aunque los odie y los ame, me confundan y traicionen... pero es cierto que, cuando el esquema cambia y hay más ruido de lo cotidiano, suelo gritar:


Silencioooo ven a mí... (por favor)



lunes

Se libre:

* Tira tu agenda a la basura

* Olvídate de tu nombre y apellido

* Quema tu ropa de vestir

* Tómate un tequilita (hasta dos)

* Guarda el reloj en el fondo del cajón

* Saca tus boletos del metro

* Mete tu auto al taller

* Ahoga el despertador

* Cancela tu cuenta de correo

* Clausura tu blog

* No abras el buzón

* Sal a caminar

Respira, suda, come, respira, alégrate, olvídate, lee, muévete, camina mucho, despéinate, vibra, abre los brazos, ponte ropa cómoda, no te mires al espejo, patina, toma malteada, baila, ve caricaturas, olvida, respira, respira, ensancha tu horizonte, respira, respira…

oficialmente DE VACACIONES.


sábado

Preparando el recuento...

2008 ha sido un pasillo largo, largo, por el que vagaban miradas perdidas, más allá de la puerta con contraseñas ocupadas. Ha sido acostumbrarse a vivir sobre una de las tres patas, -perdidas las otras dos-, una, allá en conflicto adolescente y otra, tras las reglas que otros decidieron establecer. Ha sido subir de peso y volverse blanca como el papel tras el susto de la aparición de esa bolita íntima. Ha sido cabeza desatada y voces que se suponían dueñas de la que escribe y la acorralaban en algún rincón, sometida, vencida, cual muñeca rota. Ha sido espacios perdidos, primero uno, luego otro y después otro más.

Ha sido encontrar una voz (que se parece a la tuya), que me dice que hay más cosas, incluso en este año para el recuerdo. Una voz (como la tuya) que, con hilos invisibles me jala hacia el momento de contento y me dibuja miles de sonrisas a la vez.

En este año, ha habido una casa en el sur que me abraza hasta cuando yo no me dejaba abrazar. Ha habido otro techo en el Río Nazas, que siempre ha sido refugio cálido (hasta cuando María está perdida en su mundo y no contesta). Ha habido un refrigerador que nunca sintió hambre ni vacío. Ha habido un trabajo que me apasiona y que me da alas y sonrisas, que mantiene la mente despierta; un trabajo que parece dar sentido a todo lo demás. Ha habido ojos que bailan al compás de las letras de esta intentona de bitácora y comentarios que le dan forma y razón a mi cuadernillo en línea. (GRACIAS)

En fin, como no sé sintetizar, no sé en qué queda el balance. Lo que sí puedo asegurar es que en este preciso momento que mis dedos están sobre el teclado, ha habido más sonrisas y menos sangre, más ternura y menos gritos. Este año decidí cerrar los ojos, abrir las alas y lanzarme al vacío…, hasta ahora, he descubierto nuevos pedacitos de cielo, y realmente me alegro por ello. (Sí que me alegro...)


Y bueno, esto todavía no termina, hasta que se termina...




viernes

Intercambios navideños

Siempre que entro a intercambios de regalos navideños soy la peor persona para pedir. Se me facilita más la tarea de dar y pensar que el obsequio será del agrado del regalado.

Y pus, trato de no pedir demasiado (digo yo), esa etapa ya pasó (creo yo). Sólo quiero que los pensamientos pasen volando sin dejar marcas, que no se me privilegien demasiado unos en detrimento de los otros. Que de tanto en tanto me llamen para saber cómo estoy. Que no me importe tanto la obesidad que me aqueja (je je). Que sea igual de importante hacer la sopa que ser eficiente en mi trabajo. Que este tapón literario pase pronto. Que pueda vivir los minutos en buen estado, sin sentir que son "mejores" los que dedico a otras cosas. Quiero pasarla bien con los que tengo afinidad y con lo que no, pus no (bueno, un poco, sí). Quiero dejar de atribuirme acciones como si fueran dirigidas como proyectil magnificadas a mi persona particular. Quiero dejar de meterme en la cabeza de los demás y dejar de pensar lo que ellos puedan pensar. Dejar de soñar a futuro, caminar encima de los accidentes del piso, brincar las bardas, respirar sin complicarme... Tampoco es pedir excesivamente, ¿o síii?, ¿¿¿se podrá envolver todo con celofán rojo, moño plateado y una notita que diga: Ábrase (con acento en la “a” y con "s", que no es lo mismo que "abrace") de inmediato???

Bueno, si no se puede, me conformo con una pijama calientita (de esas "matapasiones") y unas pantunflas pantuflas en talla mediana.



Gracias.

Reflexión azotada

De pronto no nos damos cuenta de que, dentro de cada uno de nosotros, se encuentran guardadas una lámpara de Aladino y una caja de Pandora.

Cuando a la lámpara se le acaricia y ésta se enciende, todo se ilumina y entramos en rutas emocionantes y extraordinarias; pero si es la caja la que se abre, entonces sí estamos en tremendos aprietos...

Y esque, creo que así es la vida; a veces ambas, -la lámpara y la caja-, se activan sin decir “agua va”, y nos dejan tamaña sorpresa…, pensar que, sólo un segundo basta para ello.

miércoles

El cambio.

Desde mi nueva casa veré autos pasar
y ojos mirando para adentro.
Ya no más comodidad
ni café humeante por la mañana
(ni cafetera tengo).

La pregunta es si tendré la frescura y la fuerza
para disfrutar del cambio,
o me quedaré escarbando paredes
cada vez que mire por los cristales de la nueva casa…

(solo espero tener mesa para cuatro de vez en vez)

sábado

Mi, Sol


***No puedo dormir***

(hay escándalo afuera)
Ya sé...


Me voy a transformar en nota,

circularé por el piso,

me dividiré en Do,

Mi, Sol.

Subiré y bajaré en escalas tonales,

seré grave y aguda,

lenta y rítmica.

Me convertiré en melodía,

como cascada,

viscosa como yema de huevo

p e g a j o s a

seré un na-na-ná cualquiera.




***haré el amor***


(y el escándalo ahora será parejo)

miércoles

y mañana

Quizá, mañana ya no recordaré tus ojos, ni el movimiento de tus manos al hablar, ni tu cara cuando piensas en silencio...

Quizá, mañana dejaré de abrazarte mientras duermo, no te escucharé y borraré tus ojos de mi mente, el olor de tu aliento, de ti en mi ropa, en mi pelo, en mi piel...

Mañana, no habrá plática ni pastel, no seré, no serás, ni seremos. Mañana tendrás tu llave, tu caja y un destino, quizá.

Yo tendré otros zapatos quizá, otra cara, otro perfil, otra dirección, las mismas manías, una bitácora nueva, tendré kilos de más y neuronas de menos...

Quizá, quizás te olvide..., pero ello lo pospongo hasta el día de mañana porque hoy soy feliz.

Quizá, quizá, quizá..., quizá nunca se me olvide el perfume entre las sábanas y los deseos que hoy siento de volverte a ver...

Fue ayer...

Fue apenas ayer que entraste al laberinto de mi vida y, entre mis calles, encontraste los golpes de mis pasos, marcas, pedazos de infancia, miedos, traumas… (muchos traumas)

Apenas ayer, vi un papel y en una esquina me senté a leer. Decía que me querías y me emocioné. Traté de salir. Corrí, corrí a velocidad hasta que choqué con una pared, di la vuelta, me encontré con tus ojos, vi tus manos y lloré… como lo hacen los que aman. Grité hasta que caí. Quédate con un te quiero, ¿quieres?... a veces creo que lo mejor es pretender no sentir, porque es más fuerte y sólido amar débilmente -de a poco-, que sentirse débil amando demasiado.

Ayer, te confundí, te transmití mis debilidades; te escondiste, te busqué, te encontré, me escuchaste, hablaste y te quedaste. Gracias por eso.

..Hoy, vuelven las ganas de estar, de ser, de tener (te), como lo más perfecto que en algún momento, delirando, creé.

(Fue ayer cuando me caí, y hasta hoy duele el golpe...)

sábado

Sigo...

Y sigo sentada en la casilla de salida, justo en el inicio. Tengo miedo de precipitarme y volver hacia caminos que no acierto a reconocer, pero que ya he transitado y me niego volver a pasar. Sigo descubriéndome, sigo sacando cartas, sigo apostando, siguen tocando a mi puerta, y sigo abriendo sin mirar. Sigo imaginando, sigo creyendo en ti. Sigo regresando a la fuente de "La Diana", y me sigue sacando una sonrisa cada vez. Sigo buscando un "diente de león¨ para pedir un deseo..., soplar y... (seguir suspirando)

Sólo es que siento de nuevo esta incertidumbre, que ha colmado mis días de una extraña sensación, mezcla entre miedo pausado de quebranto y la tranquilidad de que no se tiene nada qué perder…

Y es que, sigo apostando a la carta más alta, pero algo me dice que la banca es la que siempre gana…

Y es que, sigo pensando que a todos nos pasa, ¿no?


lunes

Llegó diciembre...

Y no has arreglado el trámite burocrático que tanto te aqueja, no has vaciado el cajón, no has pedido una disculpa, no has comprado el vidrio roto de la ventana, no has limpiado la mesita de noche, no has arreglado la gotera, no has llamado a tu prima, no has llevado el reloj a que le pongan una pila, no has renovado tu bitácora, no te acercas a tus hijos, no has dejado de comer pastelitos, haces más de lo mismo, no cambias, no te renuevas, no tomas tus vitaminas, no buscas al oculista, no juegas más a la pelota, no buscas un departamento, no limpias la mancha del sillón, no te compras un sillón, no planeas tu lista de la compra, no buscas un trabajo nuevo, no besas a tu amante en la boca, no cambias el cancel del baño, no vas a que te quiten esa bolita, no cambias ese foco, no mueves la silla de lugar, no tiras la basura, no sacas la ropa vieja del armario, no acabas de leer ese libro, no resuelves tu duda, no tiras los dados, no te mueves lo suficiente... ¿y luego vienes y te quejas?