sábado

Crónica de un cumpleaños...

Son ahora las 12:42 am. Intento dormir, pero me tiene como “lampareada” la fiesta de cumpleaños del vecinito del tercer piso. El pobrecillo cumple tres años y creo que jamás imaginó que sus papás tomaran de asalto su fiesta de cumpleaños para armar tremendo reventón.

La pachanga comenzó como a las doce del día (¡osea que llevan doce horas festejando!!!) con globos, juegos infantiles: como los de “las sillas”, “las manzanas”, la siempre invitada piñata…

Todo iba bien, hasta que se les ocurrió servir la primera copa de alcohol. Ahí ya todo valió madres. Mandan a los niños a jugar a otro lado. Empieza la música. Primero una compilación de los más selectos temas de música tanto actual como de antaño. Nadie acepta públicamente que le gusta la “charanga”. Pero conforme las horas comienzan a transcurrir, se les va olvidando el código postal, le suben a todo lo que las bocinas dan, hasta reventarlas y el sonido sale completamente distorsionado. Todos están cargados de energía y sacudiendo el esqueleto con los mejores pasos de baile. (ts,ts,tststs,…pi, pi pi, pi piii)

Nunca falta quien imita a Luis Miguel, a la que le sale lo “sexy”, la Sopa de Caracol… ¡Oh nooooo!!!, lo peor está por llegar. ¡¡¡A alguien se le ocurrió sacar un Karaoke!!!!

¡Chale! Parece que la fiesta está re guena… y yo acá en desvelón, atenta a las carcajadas…


Creo que haré lo que solía hacer de pequeña. Tocaré a la puerta y pediré que me inviten… total, como dicen por ahí: Si no puedes con el enemigo, mejor únetele…