lunes

Lo confieso

Me obligo a confesar que todo lo que escribo es muy malo…, qué se le va a hacer.

Sólo puedo inventarme improvisados versos cursis.
La lluvia me tiene cansada, mi vida me tiene cansada, mis textos malos me tienen cansada.

Debo confesar
que los monstruos del pasado me persiguen
se detienen a un lado mío
y siento su vaho resoplando sobre mi nuca

Debo confesar
que desde niña le temo a la lluvia
como temo al llanto,
a la inundación y a la enfermedad.

Debo confesar
que soy un rotundo fracaso,
que no produzco nada firme
pero, Ah, cómo reproduzco
telarañas de mi mente.

Debo confesar
que me enamoré como enana,
que descubrí a Aute apenas;
y que hacía más de 20 años que no lloraba
con una ridícula canción de amor.

Debo confesar
que mis ojos son de anciana
pues 100 años tengo de vida
resumidos, encapsulados en 36.

Confieso que bebí un par de cervezas
que amé y me amaron
y fui feliz por instantes…
pero tengo un nudo en la garganta
y no puedo gritar, pero lo debo confesar.


Ya para terminar, querido lector imaginario, debo confesar que son los monstruos del pasado, que vienen, se burlan y me dejan sus malas pasadas…

Otro pensamiento...

Sonrío a un pensamiento oculto en tu regazo, te querré besar mientras dejo caer mi blusa con la desesperanza de la soledad que acompañará al final. Desnuda caminaré sobre una nube cristalina amenazante de una lluvia fría pero que arde y se evapora sobre mi piel, como tú, como tus besos. Llegaré al fondo de un abismo, en el cual solo se aprecia la humedad de un abstracto negro profundo, lleno de placeres dormidos, que lentamente irán despertando para ti, donde no tengo boleto de entrada, a donde llegué tarde…

La mañana está por llegar y el día nos despertará desnudos sobre la mar.

Mio

Es completamente mío
el placer de arrullarme en tu vientre
simular paquetes de caricias
que recorren mi sonrisa y la parten a la mitad
con un beso frágil de cristal
en la noche profanada del 28.

El orgasmo es mío
estremecer mis manos al tocarte
humedecer mis labios al besarte
de a poco
hasta el amanecer
para desfallecer y renacer
tibia aún, sobre tu piel…