sábado

--Pinches hormonas--

Sííí…

De pronto las pinches hormonas se apoderan de mí y hacen de las suyas…

Ya estoy convencida que el término bipolaridad” surgió del cuadro agudo de angustia de una mujer hormonal próxima a estar en sus días…, que ciertamente, desemboca en un trastorno de las emociones.

Brincas de la euforia a la depresión, de la depresión a la falta de placer; de la falta de sueño, como a dormir demasiado; de sentirte importante, a los sentimientos de minusvalía…

Ahhh, me limito a decir… “Pinches hormonas”…, Me entienden, ¿Verdad, chicas?

No se preocupen, soy inofensiva (creo)…

Asté disculpe…

Muñeca rota.

Muñequita rota, de ojitos tristes, cabello alborotado y manitas maltratadas…

¿Qué te ha pasado? ¿Dónde quedó tu sonrisa y tu calor?


Te escondes en el fondo del armario para que nadie note tu presencia, aunque tu presencia es la esencia de pupilas ajenas. Te escondes en tu soledad y en tu llanto para querer volver estar a solas y llorar hasta secarte.


Muñequita rota. Sal a la luz. No tengas miedo, el roba-muñecas se ha ido, y no todo es una mentira. Muñequita rota. Déjate ser reparada; permite que se te acerquen. No tengas temor, no es para dañarte, sino para remendarte.

Muñequita rota, de cara de luna, ojos claros y zapatitos rotos…
Mirada profunda, casi perdida; ves pasar la vida desde el rincón, esperando, esperando, esperando…

Muñequita rota, con sueños de trapo, porcelana o plástico, de vestido raído de princesa, inmortal, encadenada al circo de la sociedad y de ilusión maquillada.

Muñequita rota. De largo camino recorrido, no todo está perdido…, aún hay mucho por andar…