sábado

Momentos placenteros de la vida...

Hoy, tengo ganas de comer todas las cosas malignas que me pueda encontrar. Empezaré por una bolsa mediana de papitas (o quizá dos). La salpicaré de limón y salsa "Valentina", hasta que estén lo suficientemente ácidas y chilosas. Comparé una Coca-Cola de vidrio y  beberé el líquido con popote. Un buen bocado de papitas, un traguito de coca. Masticaré todo muy len-ta-men-te. Mmmmmm… delicia… debe ser un TRAGUITO, no TRAGOTE; para que los sabores se mezclen en mi boca. Cuando ya me sienta harta de tanta papa; me quiero chupar los dedos para desaparecer todo rastro de sal y de chile pegosteados.

Como segundo tiempo: "Pingüinos Marinela". Los pondré panza arriba, primero uno y luego el otro. Quiero mordisquear el pastelito quesque de chocolate (corrientísimo), hasta llegar a la cremita llena de grasas hidrogenadas que tapan las arterias para siempre. Dejaré hasta el final la cubierta de “chocolate” (ja, qué chocolate ni qué mis narices), masticaré pausadamente la cadenita blanquecina de azúcar a manera de gran final…


el placer fue breve, pero real, como todo lo bueno de la vida…