domingo

¿Hombres..., perfectos?


Esta pregunta me la hizo una amiga en una de esas charlas que solemos tener las mujeres.

Ella; -y aclaro que fue a manera de broma-, alegaba que, el hombre perfecto debe ser apuesto, rico, complaciente, comprensivo, que a todo nos diga que sí, amante de su hogar –pero que salga a trabajar-, jovial e ingenioso, que le gusten tus amigos y que se lleve bien con ellos, que no le encante el sexo, pero que sepa satisfacer todos los anhelos de su mujer, que tenga personalidad y se preocupe de su físico, Que se pueda hablar con él sin tapujos ni coacciones de tipo moral ni religioso. Moreno de preferencia y ojos claros. Estatura de 1.80. Que quiera hijos- no más de dos- Que comparta ciertas aficiones, que le guste salir y bailar. Que sea divertido y que le guste viajar a las islas Fiji de vez en vez…

Wooow…, ¿Será posible? ¡AAAAAhh! y olvidé mencionar: que le encante su chica tal y como es y no tenga más ojos para otras mujeres más que para ella. (Sííí, con todo y los gorditos que rodean su cintura y sus pechos pequeñitos…)

Ése es el hombre perfecto…, al menos para ella.

Yo, como soy una persona que lleva su vida por y para el amor, (otra vez con mis cursilerías) creo que mi hombre perfecto es aquel que comparta esa capacidad de analizar a las personas con sólo mirarles a los ojos. Mi hombre perfecto es aquel quien no recarga la felicidad en posesiones materiales, sino en la cantidad de respeto y amor que se logra acumular. Para mí el hombre perfecto es aquel que funciona como mi cómplice; aquel que se acopla a mí en el juego de la inteligencia. Aquel que logra captar, mediante la más profunda atención mis movimientos que van desde mirar mi celular para revisar la hora, o la manera en la que me agacho para ajustar la correa de un zapato. El hombre perfecto es quien te logra descomponer en átomos y te regresa a tu estado natural. Es quien te desmonta y te vuelve a montar pero ya convertida en mujer. El hombre perfecto es impredecible pero adaptable. Lucha por los derechos de propios y extraños, pero siempre cobijado por la bandera del respeto. Para mí el hombre perfecto debe ser romántico y soñador; aunque la palabra está prostituida, trillada y el común de las personas no saben realmente lo que eso significa.

Buuuu

Por lo pronto, sé que el hombre perfecto no existe. A medida que nos vamos conociendo a nosotros mismos y conforme estemos claros de qué es lo que se quiere; con un golpe de suerte, por ahí afuera anda rondando y esperando tu “hombre medio perfecto”

…, ¿No crees??.