domingo

¿Serán los dioses ocultos...?

… ¿o serás tú, DIOSITO?


Siguiendo con la línea anecdotaria, me acordé de una gran frustración religiosa de la que no he podido sobreponerme hasta hoy.

Todo papá, acostumbra enseñarles a sus hijos a rezar por la noche, o por la mañana, o al momento de tomar sus alimentos (pobres niños), en fin, la idea es que nos enseñan a rezar. Para mí era una buena costumbre (verdá de dios que sí), ya que, escuchaba por aquí y por allá:

-Diosito es bueno-.

-Pídele a Diosito (que es tan bueno), ésto y aquello-.

-Ay Diosito, ayúdame-.

-Diosito: gracias por el pan que me llevo a la boca-.


Todo iba bien, DIOSITO era mi gran cuate, hasta que, a mi ma
má se le ocurrió la brillantísima idea de llevarme al CATECISMO.

La cosa fue catastrófica, mientras más me decían quién era DIOSITO, menos lo quería conocer, mi DIOSITO terminó siendo dios, a secas. Nunca pude verle un rostro. En cambio, al que también le rezábamos, era a un pobre hombre que sangraba de manos y pies, y tenía una corona de espinas en la cabeza, que, por la expresión de su cara, parecía que le dolía mucho; yo esquivaba la mirada, me daba miedo, me ponía muuuuy triste… nada que ver con mi Diosito


Mi di osito, a quien además, me acostumbré a decirle: "Señor, tú que estás en los cielos..."; era algo como ésto:



Bueno, más o menos; fue lo más parecido que encontré (en google). En realidad mi Diosito era un graaaaan oso de peluche con cara de bueno, iluminado por el sol, que se asomaba por entre las montañas, cada que yo le rezaba...

pero como todos, crecí.


¿Buscar para encontrar o esperar sin buscar?


A veces, tratando de encontrar algo, que no siempre significa que exista, le hacemos demasiado caso a la lógica que, en ciertas ocasiones está llena de malos pensamientos y nuestro “sentido común” nos juega malas pasadas, que nos hacen aferrarnos a NADA.

Para encontrar algo se necesita de toda una actitud. De tener algo parecido a la fe, y creer en lo que dicen las personas aunque no se mire, de tener la sensación de que esa verdad está ahí, de que existe...

DEJAR de buscar “ESE ALGO” que deseas encontrar, quizá sea en el fondo más saludable que buscar dentro de una tenacidad insaciable, y dejar que las cosas aparezcan para sorpresa de uno o que simplemente no aparezcan, pero que no nos haga daño si eso nunca sucede.

Dicen, que el que busca encuentra. BUSCAR en vano, es desgastante, DESEAR encontrar algo es atroz, pero la verdadera pesadilla es ENCONTRAR para desangelarnos inmediatamente después… y ser eternamente infelices; aunque -como alguien me dijo una vez-, las cosas no sean como parece que son.

Para ti, Paul C.

Sobre la imagen:
google.
http://antisyphus.typepad.com/photos/uncategorized/detective.jpg