martes

Creo en ti


Tengo la imperiosa necesidad de creer en ti. De creer en tus palabras como pasajes bíblicos, como teorías aprobadas sin la necesidad de pasar por el experimento científico. Creo en ti, como si tuviera un detector de mentiras en mis ojos, que al momento de cruzarse con los tuyos la visión es clarita, nítida, limpia..., creo en ti, como en la más bella lectura jamás escrita. Creo en ti como una criatura cree en las palabras de su padre. Creo en ti, como el águila cree en sus alas para volar, como en las palabras nunca dichas. Creo en ti, como el agua que apaga mi sed. Creo en ti, como en tu huella digital, como en que las heridas tienden a hacerse costras y -en ocasiones- no queda marca siquiera. Creo en ti, como que después de una oscura noche, llega la mañana cargada de luz y brisa fresca. Creo en ti, como creo en la seguridad de mis pasos. Creo en ti, como creo en mis lágrimas. Creo en ti, como en el canto de mi corazón, que se había olvidado de la tonada. Creo en ti, como mi cerebro capta la imagen de mis ojos. Creo en ti, como creo en mis secretos.


Creo en ti porque sí, porque así lo quiero...

Creo en ti como al final del día quiero, necesito creer en mí…