domingo

Domingo de frutas y ver-duras



Es domingo, voy llegando del “tianguis”, fui a desayunar/comer unos tacos dorados.

En mi camino de regreso, ya con la barriga llena y en pleno proceso de empacamiento de plátanos fritos, me sentí “acosada” por uno de los marchantes que me interceptó y gritaba a los cuatro vientos con un trozo de papaya en la mano:

---“Papaya, pruebe la papayaaaaaaaaaaaa, dulce la papayaaaa… papayaaaaaaa… rica la papayaaaaa, jugosa la papayaaaaaa”---

y mientras iba yo pasando, -haciéndome que veo y no veo- cambia de fruta y empieza a gritar:

---“O… prefiere los plaaatanooooos, sabrosos los plaaaatanoooos, ma-duritos los platanoooos"…---


…inchi alburero…¿O seré yo la de mala cabeza??

...y como dice la canción

Anoche soñé contigo…

Si hay algo que disfruto es regalarme 10 minutos al despertar para tratar de recordar lo que soñé la noche anterior. Creo que éste me ha resultado un excelente ejercicio porque cada vez recuerdo mis sueños más vívidos, por más tiempo y lo mejor de todo… en Technicolor.

Estábamos en casa de mi amigo-“Juan Pérez”- quien resulta que también es tu amigo. Sentados los tres, -Juan, tú y yo- Bebíamos vinito tinto, disfrutábamos de una charla amable. Tocan a la puerta, en el escenario aparece otra buena amiga:
Fabiolísima.
--¿De dónde?? no lo sé--


Como en estas modorras todo es posible, de pronto de la nada, nos encontramos tocando el piano y cantando como todos unos profesionales. Recuerdo que, en mi visión, yo poco a poco voy bajando la voz hasta apagarla por completo. Mi amigo Juan Pérez, hace lo mismo porque nos percatamos que se escucha mucho mejor sin nuestras voces. No es ninguna sorpresa que en el caso de Fabiola, se adueñe de la noche, pues es cantante de opera.
Pero lo que me resultó sorprendente es que en mi fantasía ERAS TÚ EL protagonista: cantabas magistralmente. No sé si realmente era tu voz, o que cantabas dirigiéndote a mi. ¡Me cantabas a mi.!! Jajaja… ¡A mi!!! ¡Pfff y recontra pffff!!! ¡WoOoOoOoOW!!!


Ya para cerrar este cuento sui géneris, o viaje, alucín, o sueño “guajiro”, por primera vez probé tus labios, a manera de Gran Final. Los tengo presentes como suaves y tiernos. Dulces y sofocantes, sin duda, muy agradables para mis sentidos… porque como bien dijiste: “¿Cuál es la diferencia entre un sueño y un recuerdo? ¿No??... Todos quedan en el mismo plano, en esa misma dimensión.

Me congratulo una vez más por recordar mis sueños.

¿Al final?