sábado

Despedida

Así como toda  taza de café tiene un fondo, toda reflexión llega a una conclusión.

Ha llegado el momento de decir adiós a los ojos que me acompañaron a lo largo de año y medio de compartir sentimientos. Este blog se inició de manera incierta, sin nada claro y poco a poco se volvió un pedazo de mi corazón. Hoy, este corazón está en silencio, en proceso de sanación y para sanarlo, siento la necesidad de cerrar capítulos. Acabo de despertar de un sueño largo y profundo, un sueño que fue un punto de quiebre.

Muchas veces en este espacio compartí mi presente y mi futuro quizá en historias inefables, me miraba en este espacio ya vieja y achacosa escribiendo y revisando blogs amigos, encontrando cosas interesantísimas en muchos de ellos. Surgió afecto por muchos de ustedes. Sentí esa necesidad de desnudar ideas frente a muchos lectores sin rostro; sin pensar en ser juzgada por lo que se siente, se dice, por lo que no digo o por lo que pienso.

Sinceridad, por ello cierro este espacio. Una vez que faltas a lo que tanto te autocensuras y ya no eres fiel a lo que predicas, debes silenciarte para volver al punto de partida haciendo autoevaluaciones y ser duro contigo mismo.

Cierro este blog por los gratos recuerdos, por las locuras de amor; cierro este blog por las letras que debí escribir en él y no lo hice; lo cierro porque el sentimiento quebrado no me permite seguir escribiendo en esta hoja en blanco; lo cierro porque no me siento bien, porque no es justo compartir tanta tristeza; lo cierro porque siempre sé qué decir cuando ya pasó su momento; lo cierro porque me niego a ser falsa, y para encontrar la verdad se necesita empezar de cero.

No sé si en algún tiempo volveré a escribir aquí, o si abra otro espacio. Lo que sí debo hacer, es agradecer a todo el que pasó por aquí e imprimió un comentario: al DR. JJ, EXENIO, HORACIO, GRACIELA, MAGDA, A GAVIOTA, PEDRO MIGUEL, ROXANA, A ROSARIO, A MI AMADA FABIOLA, a los amigos; debo agradecer al anónimo y a muuuuuchos  otros que ahora no tengo la cabeza para escribir; pero sobretodo un agradecimiento muy especial a mi gran inspiración, a quien dediqué en su mayoría lo aquí escrito: al amor de mi vida.

Y ya para terminar, soñé que era otro el final de la historia, y seamos sinceros, soy pésima escribiendo historias pero, es increíble lo que puede lograr un sueño que tuve…

 

HASTA PRONTO, SIEMPRE FUE UN PLACER…

 

MARÍA