domingo

Ódiame

Ódiame cuando mis ojos no tengan brillo;
cuando mis palabras te causen ruido.
Cuando todo sea más importante
y que no sea compartido…

Ódiame cuando el beso no sea tierno,
cuando deje de ser chispeante,
y sea sólo un contacto de dos bocas
que se buscan por mero compromiso…

Ódiame cuando no sostenga tu mirada,
cuando no atesore tu pensar en mí,
cuando el detalle no sea sorprendente...

Ódiame cuando te deje de creer.
Ódiame más cuando mienta
y me haga de otras compañías.

Odiame, cuando mi mano esquive a tu mano
y mi cuerpo no vibre al saberte cerca.

Ódiame cuando ya no te admire,
y ódiame cuando ya no ría...

¡Ódiame, sí, ódiame!

Porque para ese entonces…


Te habré colgado en el olvido.