jueves

Despertar

Al sonar el despertador maldito, abrí los ojos y evocaba otros despertares; recordé esos ojos brillantes y cristalinos. Pensé en su rostro demasiado cerca, mientras besaba para sentir su carne dulce y húmeda llamada boca. Pensé en la textura de sus brazos y manos de hombre, pensé en el postre de la cama, en las horas platicadas.

Pensé en mi anhelo de que regrese lo que aún no se ha ido…

...

y ya.