martes

Al revés


Estaba a punto de salir a la labor, un poco tarde y apurada; eran ya las 8 con 45 de la mañana. Completamente vestida, peinada y maquillada, bebí un sorbo de café. Muy a mi pesar me zafé los zapatos de puntitos blancos, los collares y la bufanda para el frío. Desabroché el cinturón, me quité el pantalón negro, desabotoné la blusa morada y la colgué, a mi ropa interior la dejé en el cajón; pues eran ya las 8:03. De prisa salí de la ducha caliente, bajé la vista y aún traía puesta mi pijama azul con blanco. Apenas parpadeé y estiré la mano para escuchar la radio, eran las 7:08. Hacía 17 minutos que estaba aún soñando con la última película de Woody Allen, mientras medité un poco; el despertador al fin sonó.