De pronto no nos damos cuenta de que, dentro de cada uno de nosotros, se encuentran guardadas una lámpara de Aladino y una caja de Pandora.
Cuando a la lámpara se le acaricia y ésta se enciende, todo se ilumina y entramos en rutas emocionantes y extraordinarias; pero si es la caja la que se abre, entonces sí estamos en tremendos aprietos...
Y esque, creo que así es la vida; a veces ambas, -la lámpara y la caja-, se activan sin decir “agua va”, y nos dejan tamaña sorpresa…, pensar que, sólo un segundo basta para ello.
2 comentarios:
Que lo digas, que lo digas...
P.S.- Cuando toquen a tu puerta, abre eh?!
Ah, mi estimado Exenio.
Es exactamente lo que digo yo...
Saludos!
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