Cruzamos miradas,
de esas largas, pausadas, silenciosas.
Nos hicimos de confesiones mutuas.
Conectamos los sentidos desde otra dimensión.
mantra te volviste.
Mirarte se comprende en adicción;
pues mirarte más deseo
y tal es el riesgo concebido en mí,
ya que al dejar mirarte,
mi deseo en mirarte más,
es creciente...
Estamos ahí ambos;
regalando a cuentagotas momentos.
¿Qué sientes al ser objeto del deseo?
Arrojo la carne al asador,
para tatuar tu nombre
Acá en mi epidermis.
Dispuesta para aventarme a volar sin alas
Corremos el riesgo de caer,
pero también de aprender a vivir...