Sonrío a un pensamiento oculto en tu regazo, te querré besar mientras dejo caer mi blusa con la desesperanza de la soledad que acompañará al final. Desnuda caminaré sobre una nube cristalina amenazante de una lluvia fría pero que arde y se evapora sobre mi piel, como tú, como tus besos. Llegaré al fondo de un abismo, en el cual solo se aprecia la humedad de un abstracto negro profundo, lleno de placeres dormidos, que lentamente irán despertando para ti, donde no tengo boleto de entrada, a donde llegué tarde…
La mañana está por llegar y el día nos despertará desnudos sobre la mar.
2 comentarios:
Otro muerto, otra historia, otro amor, otro tiempo.
Y así puedo seguir y finalmente, todo sigue igual.
Triste, pero hermoso.
Sergio, hola
Hasta la tristeza llega a ser pasajera, así como la felicidad, todo son momentos y a veces, demasiado breves.
Saludos
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