Ay, ay, ayyyy... me duele la cabeza.
La culpa de todo la tiene mi jefe neurótico que hoy está en contra mía… y la economía mundial que no mejora. Si tan sólo fuera menos gorda, todo sería distinto. Claro, lo que sucede es que no tengo una bicicleta. ¿O, será que fui maltratada de niña y no lo recuerdo? Quizá sea porque el mes de octubre es hermoso y estamos en febrero. Creo que me levanté demasiado rápido de mi cama.
Fueron otra vez los vecinos que no me dejaron dormir y por eso me siento tan casada.
¿Tendrá algo que ver el tequila que me tomé anoche? Ayyyyy
5 comentarios:
dah... no lo dudes de nuevo...
El tequilita pudo ser. Aunque todo lo demás también.
los jefes tienen siempre la culpa, siempre
yo disfruto mucho bebiendo tequila sunrise
Yo creo que fue el jefe.
Beso.
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