Por un lado, temor, tristeza, sensación de soledad, sensibilidad al desconsuelo y abandono. Por el otro, romanticismo, evocación obsequiosa y recurrente…, traer momentos de un pasado, ya sea inmediato o añejo, pero que te crea fugas en sentido de la realidad, en el aquí y ahora.
Se origina como un estado mental que va carcomiendo el cuerpo como una larva devoradora hasta que, finalmente, se traduce en dolor físico ya fácilmente ubicado y detectado por los sentidos. Pese a lo que se pueda creer, no necesariamente la sensación es del todo catastrófica o desagradable, devastadora o ruin. Es un error creerlo y hacerlo creer; es como el afecto a comer un helado y sentir que el frío quema la sien hasta el mareo (pero no lo dejas), como el gusto de picarse las orejas y disfrutar del dolor-placer que ello nos provoca, es como tratar de entender la afición por los sabores agridulces y disponerse a describirlos…, tratar de explicar la dicha de estar triste todo el tiempo es una tarea casi imposible.
Muy difícil de entender por las personas, muy difícil explicárselo uno mismo.
¿Masoquismo apremiante, en ocasiones vivificante? ¿Eso existe? ¿No suena contradictorio? O, ¿También me lo inventé?
Sé que el gran estimulante para la melancolía, la salvia vital, su mayor combustible sin duda es el OCIO. Escribirlo sirve para tratar de entender lo inenarrable.
Esta cartomancia melancólica no es del todo con sentido amoroso; es también esa sensación de vacío incesante, esa añoranza sentida por un romanticismo no compartido, es esa frustración de una maternidad no bien consumada; es darle más importancia a lo que NO sucede, que a lo que SÍ sucede, así nomás, de manera azarosa.
Ocuparse por lo que NO sucede.
Preocuparse por “lo que NO” sucede, en lugar de darle más peso a “lo que SÍ” sucede...PATÉTICO.
¿Acaso mi mal habrá mutado?
¿Será que ANGUSTIA es su nuevo nombre?
… Bláh… soy una freak en busca de sentido
5 comentarios:
Orgullosamente Alfredo de Musset recalcaba "Yo no lucho contra la melancolía; después de la ociosidad, es el mejor de los males."
Dudo que tu mal haya mutado, y dudo que le llames angustia. Lo tuyo es melancolía en estado puro, pero melancolía de la buena, de la que crea reflexiones deliciosas.
Enhorabuena bella María
Horacio
Si es una enfermedad y el remedio es el ocio... algunos estaríamos curados... entonces, no es una enfermedad.
Espera, dejo apunto: "O-C-U-P-A-R-S-E..."
P.S.- Escoge una carta... mmm...
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Seguro no es el nueve de tréboles...
Saudade en apogeo. No me contagies más eh?
Abrazos.
PD. Compré "Pantalla de cartón" y me encantó. Ya visité a su autor. Gracias.
Pensé que yo era la única en disfrutar de mi melancolía. Lo has dicho bien:
"La dicha de estar triste".
Besos
Kar
Un par de cosas.
Llego hasta a ti por Maridel Esperón, ella firma como María Esperón. Me ha recomendado mucho tu blog y te mandé un correo electrónico esperando tener algún contacto contigo. Espero haya llegado satisfactoriamente.
Te mando un fuerte abrazo.
Gustavo
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