Hay que tener temple, encontrar la distancia, no perder nunca de vista la cara del toro, pisar los terrenos, arrimarse... Se puede hacer con clase, con arte, con temeridad, tremendismo, poder... La distancia y el temple lo es todo. Y desde luego el valor.
6 comentarios:
Se parece mucho a cómo torear...
Hay que tener temple, encontrar la distancia, no perder nunca de vista la cara del toro, pisar los terrenos, arrimarse... Se puede hacer con clase, con arte, con temeridad, tremendismo, poder... La distancia y el temple lo es todo.
Y desde luego el valor.
Ay el amor!! Qué dificil pero que necesario...
Gomís; gracias por comentar.
Muy buena comparación. Se desatan pasiones, se arriesga la vida, el corazón se arroja en el azador, ritual de arte y muerte.
Rous:
¡Qué sí lo sabes tú, eterna enamorada del amor...!
¡Sí, el amor es como los toros!
¡Que me cojan, que me cojan!
:P
Clement:
jajajajaja... ¡toda una faena!
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